La Internet de las Cosas (IoT) trae aparejado, también la industria del seguro automotor, mejores técnicas de evaluación, así como una mejor política de contención y prevención para reducir los siniestros y, con el objetivo de satisfacer las necesidades del cliente, los programas de descuentos. La posibilidad de conocer al cliente en cuanto a sus conductas de manejo permite a las aseguradoras realizar planes a medida basados en el uso real del automóvil.
La industria de seguros ha enfrentado una constante evolución en cuanto a las necesidades de los consumidores, ya que las personas han mostrado una transformación en la manera de informarse y asesorarse antes de adquirir un servicio.
La transformación tecnológica hace posible que, a través de un dispositivo GPS colocado en el auto, se realicen mediciones de las maniobras durante todo el viaje, y que pueda conocerse la utilización del auto por parte de cada asegurado.
Identificando maniobras bruscas tales como: aceleraciones, frenadas y exceso de velocidad, y saber cuánto y cuándo se utiliza el vehículo, se puede realizar una evaluación de cada conductor, permitiendo a las compañías de seguro optimizar su negocio y generar un ecosistema de servicios de valor agregado.
Otra funcionalidad que posee esta tecnología es que puede detectar accidentes de relevancia en forma automática, alertando en tiempo real y permitiendo ahorrar minutos críticos y vitales ante este tipo de emergencias.
De esta forma, las compañías de seguros pueden optimizar su negocio al conocer el uso de cada asegurado, ajustando el valor de la póliza en función del uso de cada cliente.
En un futuro no muy lejano, esta tecnología no solo atraerá a los mejores conductores, sino que impactará en la mejora de la calidad de manejo de otros conductores, porque querrán beneficiarse de las ventajas y privilegios que tienen los que manejan mejor. Sin duda, estos beneficios llegarán a la sociedad en general, al mejorar la seguridad vial si mejora la conducta de manejo.
